miércoles, 9 de julio de 2025

La evolución del alma en el espejo del otro.

REFLEXIÓN PARA ESPOSOS

Por S.A. Domínguez

Me conmueve profundamente la idea de la vida en pareja como una invitación constante a evolucionar. Es un eco de aquello que Platón vislumbraba como el ascenso del alma hacia lo bello y lo bueno. Cuando nos unimos a otro, no estamos simplemente compartiendo un espacio físico o un tiempo. Estamos, en esencia, entregándonos a un proceso alquímico donde el otro se convierte en un espejo, a veces complaciente, otras veces desafiante, que nos obliga a mirar hacia adentro. ¿No es este el verdadero sentido del crecimiento? Despojarnos de viejas pieles, de los disfraces que hemos usado para protegernos, y emerger más auténticos, más libres. 

En esta danza, la individualidad no se disuelve, sino que se celebra. Es un acto de fe profundo: saber que al entregarnos, al abrirnos al otro, no nos perdemos, sino que nos encontramos, no solo a nosotros mismos, sino la expansión de un "nosotros" que es más grande que la suma de sus partes. Aquí, la huella de lo Divino se hace patente, pues en la verdadera unidad, la identidad del ser se revela con mayor claridad, como una chispa que regresa a su Hogar.

El Santuario de la Sanación Compartida.

La belleza de esta unión, lo sabemos, no se limita a las risas bajo el sol. Es en los valles de sombra, en las encrucijadas y los procesos difíciles, donde el amor se revela en su magnitud más sagrada.

Acompañarse, no es solo estar ahí; es ser ese refugio, ese puerto seguro cuando el alma zozobra. Y es un acto de profunda ternura abrazar las diferencias. ¡Qué necedad sería pretender que el otro sea una copia de nosotros mismos! Es en la singularidad del ser amado donde reside la riqueza, la posibilidad de ver el mundo con ojos distintos, de expandir nuestra propia comprensión. Este es el espacio que construimos, un santuario donde ambos pueden ser sin dejar de ser uno mismo, un don de libertad que solo el amor verdadero, ese que proviene de la Fuente de toda libertad, puede otorgar.

Unión que se da por amorosa gratuidad.

Pienso, con el corazón en la mano, en esos pilares invisibles que sostienen el entramado: la comunicación, ese hilo etéreo que une los corazones; el afecto, que se manifiesta no solo en los grandes gestos, sino en el café compartido al alba, en la caricia que tranquiliza un alma inquieta. Y el vínculo sano, ese fruto de un trabajo que es, sí, de dos. Un compromiso que se renueva cada día, no por la coerción de un deber, sino por la dulce y consciente elección. En la vorágine de este mundo ruidoso y disperso, ¿cuánto valor tiene un silencio cuidado? ¿Qué decir de una presencia real, que sin una sola palabra grita: "Aquí estoy, contigo, te veo, te siento"?

Es en esos instantes de quietud y presencia donde la magia se derrama, donde el alma del otro se siente verdaderamente vista y amada por la misma mirada con la que Dios nos contempla: sin juicio, con pura aceptación, y simplemente por gratuidad amorosa.

viernes, 14 de febrero de 2025

La Mirada que Transforma. Aprender a ver lo invisible: cómo la gratitud cambia nuestra percepción del mundo.

Por. S.A.Domínguez



Serie The chosen, 2023, Loaves&Fishes.

“Pero otras (semillas) cayeron en buena tierra, y dieron fruto: algunas, cien veces más; otras, sesenta; y otras, treinta. El que tenga oídos, que escuche”.

Mt. 13, 1-23


¿Se puede dar gracias a Dios en un lugar al que los medios de comunicación consideran un infierno en este mundo? ¿Quién puede sobreponerse a un ambiente en donde lo negativo es lo imperativo? ¿Por qué hay personas que siguen confiando en Dios en medio de las dificultades y adversidades y otras pierden la fe o se cansan? ¿Realmente creemos que nuestras acciones son esas semillas que tarde o temprano llegarán a dar fruto? ¿O queremos ser relevantes al educar, pero sin ser realmente responsables de nuestras encomiendas fundamentales aunque estas no siempre sean valoradas o reconocidas? Estas y otras preguntas me planteaba hace unos días en la escuela en donde ejerzo mi vocación de educador, mientras terminaba mi clase de Formación Humana con mis alumnos de sexto semestre de bachillerato y terminaba de encargar una tarea sobre las utopías educativas de San Marcelino Champagnat y los Maristas. 


El voluntariado salesiano que cambió mi vida.

Realmente ¿La mirada de uno mismo, dentro de un contexto adverso puede transformarse hacia uno próspero? Yo creo que sí, al menos así lo experimenté en mi etapa de mayor inquietud y despertar juvenil:

En el año 2009, cuando tenía por entonces apenas veinte años de edad, no sabía realmente qué hacer con mi vida: no tenía claridad sobre mi vocación personal ni profesional, me encontraba muy confundido respecto al porvenir, y tampoco aspiraba a muchas cosas altas, pues, mucho tiempo en mi adolescencia me centré más en ir resolviendo mis reacciones afectivas y como dicen, dejarme llevar como un velero en medio del océano, por amistades, fiestas y el gusto por la actividad nocturna de hacer música bohemia y comercial. No tenía rumbo, sí me sentía muy vacío, y aunque siempre fui cultivando dones lindos como la música, que hasta el día de hoy me acompaña este don; o la lectura, el deporte y los videojuegos, no siempre fui consciente de mi verdadero potencial, o no creía realmente  en ello, aunque mis padres, familiares o maestros me lo inculcaron desde pequeño. Por fortuna, Dios activó los botones necesarios para ponerme en dinamismo: una gran crisis existencial me lanzó y movió intensamente afectos en mi interior para imaginarme como posible religioso sacerdote en un futuro. Ciertamente después encontré mi camino como laico, pero esta crisis fue el gran detonante que me llevó a mi primer plano de conciencia para transformar mi forma de mirar las cosas: un voluntariado en la congregación de los Salesianos de Don Bosco. 


Me encontraba realizando una experiencia de voluntariado en Ciudad Juárez, estado de Chihuahua, México, inmerso en el dinamismo social de una de las fronteras más famosas de nuestro país con los Estados Unidos; un lugar que en su historia guarda la magia de esas ciudades que te atrapan por su dinamismo, tanto como por su complejidad, y porque también se han sobrepuesto a sus propias limitaciones 一muros vergonzosos de violencia e injusticias一. Para mí, una ciudad mágica y realistamente edificada 一si aún no tiene el placer de conocerle, la ciudad crece hacia tres direcciones cardinales excepto hacia el norte一 y sé que está catalogada como una de las más contrastantes y complejas del mundo; una frontera que ve pasar más ilusiones que aspiraciones, debido a su pluralidad migrante, su dinamismo vertiginoso, el rápido crecimiento demográfico e ideológico, y sobre todo, lacerada y entristecida por demasiados actos de violencia cruel y diversas problemáticas graves como el dominio del narcotráfico, consumo de estupefacientes, corrupción en distintos sistemas de gobierno y esferas públicas de servicio, pero sobre todo donde la inseguridad y la desigualdad e indiferencia social, han hecho estragos en contra de todos los juarenses de buena voluntad, desde los infantes hasta los adultos mayores, personas que trabajan por hacer de su ciudad, una digna pieza de turismo de riesgo con pinceladas de tradición e historia por contar, y de personas en búsqueda de entrar y vivir en el Holly American Dream de antaño y de ahora, y por lo que vemos a cada rato en la frontera, será por un largo tiempo más. 

Migrantes centroamericanos en la frontera con EUA,
intentando cruzar, contención de la policía estadounidense en El Paso, Tx. 


La búsqueda hacia nuevas oportunidades de vida y de sostenibilidad. Ciertamente es una ciudad, que, como muchas en latinoamérica, goza de ser altamente dinámica y exigente, donde coexisten y conviven más de un millón y medio de personas de toda índole socio-económica, mentalidad  y disposición; según datos del INEGI en 2023 el 52% de los ciudadanos juarenses piensa que su gobierno se ha visto envuelto en actos de corrupción,  una ciudad diversa en cuestión de credos religiosos y manifestaciones písticas del orden humano, político e ideológico local e internacional: con gente muy trabajadora y competente, sencilla, alegre, hospitalaria y de trato simple que en medio de la desesperanza vive la realista ilusión de cumplir su deber ciudadano, o bien, desde la frustración por vivir -o aguantar- el paradigma de una ciudad, la cual también se ha catalogado “como una de miedo y pobreza”, de mujeres que han sido ultrajadas en su dignidad y valor, en donde su vida ha sido acallada y ensombrecida por el efecto de un cobardismo violento y desmedido. Una ciudad que se considera como importante por su proximidad con Estados Unidos: porque ni es completamente de México pero tampoco podría ser considerada una ciudad con destellos de aires gloriosos de estadounidense. Una ciudad compleja, que se sobrepone a las fatalidades del tiempo, a veces seco, a veces demasiado frío, lluvias pesadas; el frío, es de esos que calan hasta en los pómulos como emulando los vientos de la sierra tarahumara, y con nevadas al inicio del año; susceptible y aferrada a las cambialidades del voraz presente; una ciudad marcada por su situación geográfica árida y seca -de calor agolpante y directo-, determinada como pura ciudad de paso, la del migrante por esencia en búsqueda de segundas oportunidades en el <<gabacho>>, con niños que sonríen y que juegan en El Chamizal 一que es el parque local más célebre y tradicional de la ciudad一 sin que les importe mucho un futuro adverso, o bien, lucen sus jóvenes llenos de música popular y regionalismos peculiares, juventudes desfilando en pasarelas universitarias y fiestas adineradas y llenas de excesos en el alcohol, las relaciones sexuales y las drogas duras -o como para otro sector diríamos “de a lo que toque poner”- , asistiendo a festivales y bailes nocturnos 一o por causas de caritativos patronatos, muchos muy comprometidos con la responsabilidad social, otros solamente aparentando一 emulando al antiguo y desaparecido recinto del Divo de Juárez, el famoso Noa Noa y su casa de más de una manzana de extensión territorial; ya esperando cerca de las garitas, atascadas de automóviles <<de los pinches gringos>> con placas “Lone Star”, chihuahuenses y y juarenses por más de dos horas en la línea conducente a la vecina y hermana ciudad del El Paso, Texas, aquella que alberga los hogares de otros mexicanos con poquita mayor suerte que de los que siguen esperando los papeles de migración, como se dio con bastante auge en la década de los ochentas; ora ya despidiéndose hacia un destino totalmente fuera de lo que hasta sus diez y tantos, o veinte y muchos años haya sido hasta entonces su cuna fronteriza de vida. Dejar la ciudad donde las lágrimas corren tanto como la sangre de los inocentes por las balas perdidas. El que se va de Chihuahua la paga con silencios y el desentendimiento de los más cercanos: ya se quedó fuera de la familia, hay que estar hablando a cada rato porque de vuelta el “autoexiliado”, no recibirá la misma atención que el familiar que se queda, porque así son las cosas en nuestra cultura. Uno decide salirse, y tiene que pagar el precio de perder la mirada de sus familiares, por eso, porque “decidiste estar lejos”.

Si tuviera que describir a Ciudad Juárez como una película o libro de época, la nombraría “La ciudad de Sísifo el vencedor”, porque atrae a intentarlo una y otra vez, algún día se logrará vencer la condena de lo que no se consigue a la primera. Así supe de muchos migrantes jarochos y poblanos que llegaron a la ciudad en los años ochenta, movidos por superar crisis tras crisis, hasta convertirse en mano firme para las maquiladoras prósperas y cada vez más interesadas en hacer crecer sus empresas. Yo fui transformando la mirada con los sueños y fracasos de esta ciudad, como uno más de ellos, al menos por un año, aunque desde pequeño solía frecuentar con mi familia desde la capital, especialmente con mis tíos de parte de mi madre, Gabriela. 

No en vano, Juárez, es una de las pocas ciudades que puede hacer memoria de que ha recibido con toda la autenticidad de su historia y realidad a un Papa Romano en febrero de 2016, y mencionar que fue una visita en la que Francisco -el removedor de cimientos como me gusta llamarlo- , quiso celebrar el año del jubileo de la misericordia en medio de los convictos del Centro de Readaptación Social (CERESO 3) 一Uno de los tres más polémicos en México por sus altos niveles de corrupción y sucesos críticos一 instando a la ciudad entera a revertir lo que no funcionó por aquellos actos de bondad y esperanza que pueden prevenir de cualquier cárcel física y espiritual, para pensar en una nueva historia, una nueva oportunidad de ser y hacer. El Papa Francisco dijo estas palabras:


“Sabemos que no se puede volver atrás, sabemos que lo realizado, realizado está; pero, he querido celebrar con ustedes el Jubileo de la misericordia, para que quede claro que eso no quiere decir que no haya posibilidad de escribir una nueva historia, una nueva historia hacia delante: «para qué».” 

Papa Fracisco


En medio de este vasto y plural contexto social, decidí optar por pasar un año de mi vida sirviendo a personas diversas, en centros educativos atendidos por los Salesianos de Don Bosco de Ciudad Juárez, quienes por entonces, tenían cumplidos más de 18 años de presencia salesiana y estar activos en pos de la misión educativa querida por el Sacerdote italiano, San Juan Bosco, aquella de educar y evangelizar a los niños, niñas y jóvenes, especialmente aquellos que han perdido las ilusiones de vida, o no tienen las posibilidades de educarse y ser ciudadanos y cristianos de bien. 

Para mí, toda aquella experiencia de servir de una u otra forma a otras personas , resultó ser el principio y motor de esta capacidad que desarrollaría con el tiempo de aprender a ver lo invisible, dando gracias aún en medio de un contexto lleno de violencia, mentiras y parafernalias absurdas de adultos y entre familias; aires cargados de poca esperanza y relativismos penetrantes de una cultura que tiende a ver la muerte cruenta y violenta como el prototipo del estilo histórico de ser un mexicano. No es un orgullo para mí decir y constatar que el contexto en que se mueven las cosas sociales en mi querido país, México, o en mi noble estado natal, Chihuahua, solo me arrojaron desde la infancia datos al subconsciente de dolor, sufrimientos, secuestros, asesinatos, bandas y grupos delictivos transgrediendo la paz social, y creando psicosis colectivas cada semana. Sin embargo, esta es una parte de mi historia personal 一 como la de muchos paisanos míos一 que me ha hecho pensar con más detenimiento toda realidad presente.

 Las condiciones podrían haber sido catastróficas para mí, si no hubiera sido porque mis padres me enseñaron a confiar antes en Dios, que en mis propios deseos de querer controlarlo todo, saberlo todo. También me enseñaron a prevenir y a esforzarme por las cosas buenas, que son las que a veces nos exigen más que lo mínimo. Definitivamente depositaron en mí, la semilla de la fe: a mí se me dijo muy claramente ya desde pequeño que se debe dar gracias a Dios y a confiar cuando las cosas van de peor y en mal. Mi padre utilizaba las expresiones del no merecimiento aunque ahora entiendo, que eran sus gestos de humildad frente a lo complejo de explicarle a un niño de 6 u 8 años 一que es donde manifestaba muchas inquietudes existenciales一quién es y cómo actúa Dios, en este mundo.  Aún suelo dar ese consejo a mis amigos y alumnos más cercanos, especialmente a aquellos que se dan ese pequeño espacio para escuchar detenidamente. Esas personas podrían gobernar el mundo si quisieran, y hacerlo un lugar mejor, pues casi siempre están pensando más en el bien común y en que nadie se quede atrás o se sienta abandonado, que en pensamientos de vértigo y egoísmo narcisista. La gran mayoría de personas no es que queramos escucharlo en algún momento de la vida, porque sabemos que hay millones de razones para creer que somos los seres humanos los que somos últimamente omnipotentes y capaces de resoluciones plenas ¡Vaya ceguera! Pero tendremos que darnos cuenta tarde o temprano, de que lo invisible está frente a nuestros sentidos y afectos, no podemos rechazarlos por siempre. 


Recibiendo muestras de agradecimiento en mi despedida del voluntariado salesiano, 
2010, Cd. Juárez, Chih. Mx.

He aprendido en lo que nos dicen los Evangelios, que Jesús tenía una fórmula sencilla y que hasta el día de hoy perdura sólidamente, además nos ha sido heredada de manera divina: se comienza por agradecer todo: certeza, dudas, realismo, pero sobre todo con humildad y fe; dar las gracias en cualquier lugar y en todo momento, así lo que guste, tanto de aquello que duela. Sería tomar con mucha seriedad el adjetivo cristiano, y el verbo ser, y conjugarlo en función de su esencia y praxis, no tanto desde su concepción teórica o racional.  He observado, que a la primera vicisitud de enfermedad grave que nos acontece, muchos recordamos 一o tendemos naturalmente movidos por nuestro auténtico sentido natural de sobrevivir ante acciones que nos provocan el miedo o nos hagan saber en peligro一 que Dios también le gusta acompañarnos en las malas y en las peores, y aunque de ordinario no le invoquemos, sí que nos arrojan el pensamiento y el sentimiento hacia a esa búsqueda auténtica de Dios, como lo decía San Agustín de Hipona, en sus Confesiones, para encontrarlo paciente y manso en aquello que vivimos día a día. 

De vuelta a mi experiencia como voluntario salesiano, debo señalar que para una persona que se acostumbra a escuchar a diario en los medios de comunicación que tiene a la mano, los crecientes números de muertes y que observa cada vez más la condición propia y ajena de la pobreza, el abandono de ciertos sectores de la población más vulnerable, y le fuerzan a mirar las indignas condiciones en la que muchos ciudadanos viven dentro de las colonias marginales de la ciudad que se respiraba en cada espacio de hora, conceptos como optimismo, alegría, porvenir, abundancia o éxito son verdaderamente utopías latentes y como decimos coloquialmente en México, <chingaderas> a la que no debemos de prestarle mucha atención, por su carácter de ser en nuestro entendimiento colectivo un absurdo hiperbolizado, que nubla cualquier ideal o pensamiento de animosidad y espíritu bondadoso. Al menos yo me fui acostumbrando a no pensar en todo lo malo, sino a vencerlo confiando más en Dios que en mis propios medios. En Juárez y en muchos lugares de México, te toparás a muchos niños, niñas, adolescentes y jóvenes que al igual que yo, desde pequeñitos entendimos a golpe y fuerza de cultura, que primero miras quién es la persona, antes de confiarte, y aunque sí se reconoce la calidad, flexibilidad y calidez de los latinoamericanos en ser amables y hospitalarios por mucho -como lo afirma siempre que mi amiga Tere, de quien hablaré después, una amiga austriaca que conocí en la ciudad de Tijuana en 2011- , sí das los pasos, aprendes desde casa que las demás personas, la gran mayoría, no son gente de fiar hasta que lo ves en las peores situaciones. Eso mismo, veía yo con los jóvenes del centro educativo en donde prestaba mis servicios: al principio, se me inculcó que diera el primer paso y desde un presupuesto legítimo de los ideales del fundador Don Bosco, ir por las juventudes más alejadas de algún mensaje de fe. Perseveré con el tiempo, e intenté con no pocas dificultades en hacerme un educador de jóvenes de mi propia edad 一empresa nada fácil para un chico de 20 años, porque cuando eres un igual entre iguales, a veces no les representas un símbolo acabado de credibilidad, hasta que te lo ganas con acciones muy contundentes y admirables一 No fueron pocas las veces en las que más de algún joven que asistía a practicar deporte, o iba al grupo juvenil, o simplemente andaba por el lugar, me veía con rareza o extrañeza y cuando me acercaba a preguntarles su nombre, o les mostraba un interés genuino por conocerlos. Aún así siempre agradecí muchas de las cosas que viví en medio de ese contexto tan lleno de incertidumbre, soledad, vacío, ansiedad, crisis de afectividad y retos que la realidad me presentó a cada momento de esa etapa. La mirada no se transforma con experiencias superficiales, sino aquellas que mueven el corazón.


Jugando "carreritas" con los niños de la Colonia 16 de Septiembre, en Cd. Juárez, Chih. Mx. 2009


Pienso con entereza, que está primero en nosotros, una ceguera espiritual, que como lo he venido narrando en mi paso por la experiencia del voluntariado en ciudad Juárez, nos sume por mucho en una especie de velo pesado que nubla el entendimiento y nos enfría el corazón para ver las bendiciones y actos de generosidad que suceden por mucho más que lo malo, lo que nos duele y lastima; un velo horrible, pegado a nuestra naturaleza que presagia obscuridad, y que se quita solo cuando estamos por ver lo invisible y somos capaces de agradecer algo en la vida; nuestro propio subconsciente genera estas expectaciones e imágenes ancladas al pensamiento, y las carga sin detenimiento hasta que podemos hacerlas conscientes, la mayor parte de las veces gracias a personas que nos aman y que nos hacen ver las cosas como son y nos forman con su ejemplo, como me pasó a mí en esa comunidad de religiosos y laicos salesianos en ciudad Juárez: tengo en mi mente y en mi afecto natural a muchas personas durante esta etapa, desde las señoras que nos ayudaban en la cocina, los padres de familia del catecismo, los religiosos con los que compartí dudas, alegrías, retos, tristezas y encuentros novedosos. Tengo en especial a alguien que marcó mi vida para siempre mi manera de mirarlo todo: me refiero al Padre Hugo Orozco SDB, hoy un miembro muy distinguido del Consejo del Rector Mayor de los SDB, 一 y tal vez un futuro sé que será el siguiente Rector Mayor mexicano de los salesianos en el mundo 一 de quién me gustaría por el momento señalar que, además de ser un gran sacerdote y amigo, se convirtió para mí en un mentor y guía espiritual auténtico; que fue el primer adulto al que yo admiraba como ser humano y como sacerdote, siempre siendo él mismo y con un estilo muy peculiar de conducirse, siempre riendo, pero también marcando límites de manera muy paterna. Hacía un sonidito, chiflando muy fínamente, que emulaba el pitido de los pollitos, y por ello le apodaban “el pollo”, algo que yo nunca había visto que un sacerdote se lo tomase tan de buena gana y humor, como apropiándose del apodo y haciéndolo parte de sí mismo; el Padre Hugo, me brindó no pocas enseñanzas sobre religión, moral o pastoral juvenil, sino también, me mostró desde su testimonio, con palabras muy tiernas y paternales que la confianza es un paso que se da con seguridad o mejor no se da, y la firmeza nos ayuda a constatar esa confianza que se da para hacernos crecer y trascender. Hasta el día de hoy mantenemos una comunicación sincera y profunda con pocos mensajes cada tantos meses, o cada que revisamos el instagram y las experiencias en las qué anda el uno y qué anda el otro, pese a que nuestros caminos están muy a la distancia, yo en Tijuana, él en cambio en Roma y varios países en Europa y Latinoamérica que visita por su apretada agenda de consejero designado por una autoridad alta como lo es el rector Mayor y su consejo. Siempre agradezco su presencia en mi vida, fue realmente una bendición, por ello, le bendigo con todo el poder de mi voluntad e intención, pues sé que ha sido llamado a inscribir y tallar su nombre en piedra entre los salesianos  que han vivido desde este mundo la santidad de los hijos e hijas de Dios. Así es como yo lo puedo mirar ahora.  

Mi foto con el Padre Hugo "Pollo" Orozco SDB, el día de mi graduación
de la Carrera de Filosofía, ISES, Cd. Mx, 2015

Cualquiera que sea la cuestión, si ceguera o presbicia en el propio espíritu, 一depende la problemática en caso de ser clara o definitiva y/o sin resolución一 que para la gran mayoría de nuestras familias no cobra gran importancia, sino hasta que nos viene una desgracia eventual en la vida, algo que duele mucho como la muerte y aniquilación de algo o alguien que hemos aprendido a amar, por encima de cosas comunes como la capacidad de capitalizar un empleo bien remunerado, hobbies de vanguardia y modismo; hábitos 一algunos más bien vicios como las apuestas compulsivas y fanáticas一 de entretenimiento, ludología, o tecnología actual, prestigios de pertenecer a escuelas renombradas y bien capitalizadas -privadas mayormente- y otras aficiones totalmente contrarias a la fe para poder ver lo invisible y agradecer a Dios, pero me pregunto si ¿Cabe Dios en un mundo en el que un servidor público usa su autoridad y libertad para perjudicar al prójimo anteponiendo sus intereses particulares y permitiéndose corromper sus responsabilidades por ceder ante la avaricia, el poder y el control  一 o sumisión 一 de los demás, de los que no saben, no pueden o no tienen? ¿Acaso Dios en toda su omnipotencia y grandeza cobra un salario mísero de menos de quinientos pesos a la semana, o gana monedas por bolear los zapatos y limpiar vidrios de automóviles en las aceras de las avenidas más concurridas que están llenas de fatal contaminación visual, auditiva y ambiental? Cabe Dios donde hay una persona, comprometida con decidir hacer el bien por propia convicción, firme a sus principios de bien; que vive agradecida y generosa desde el interior. Esta fue la enseñanza más fuerte de aquel año 2009-2010 en Ciudad Juárez para mí. 

No podemos ver lo invisible ni transformar la mirada, porque primero debemos decidir con firmeza el aprender a mirar con gratitud nuestro mundo interior y exterior, sea el contexto que sea. Todos los beneficios que nos vienen de fuera, por lo regular, también son un reflejo de nuestras luces interiores.  

Como nos lo enseñó el apóstol de los gentiles, San Pablo: 


"Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús" 

(1 Tesalonicenses 5:18).


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Bibliografía General:


  • Stella, P. (2007). Don Bosco: Historia y Espíritu. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).



  • Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate (Papa Francisco, 2018). Roma, Ciudad de El Vaticano.

domingo, 24 de noviembre de 2024

“La Novedad de Jesús: Luz, Resurrección y Vacío en la Esperanza Cristiana.”


Serie Angel Studios, The Chosen, 2024
Serie The Chosen, Angel Studios, Loaves & fishes productions, 2024.


Por: Sergio Domínguez  SC

La figura de Jesús, como la entendemos hoy, está marcada por una novedad radical que ha transformado no solo la historia, sino también nuestra manera de entender la vida y la relación con Dios. Desde la Transfiguración hasta la Resurrección y el sepulcro vacío, el mensaje de Jesús se despliega como una experiencia única que, aunque profundamente arraigada en la tradición judeocristiana, invita a una mirada renovada sobre lo humano, lo divino y la creación misma.


La Transfiguración de Jesús, ocurrida en el monte Tabor, es uno de esos momentos en los que la humanidad de Cristo se ve envuelta por la gloria divina. En este evento, los discípulos presencian algo más allá de lo visible: "su rostro resplandeció como el sol" (Mt 17,2), y sus vestiduras se tornaron blancas como la luz. Este momento no solo reveló la identidad de Jesús como el Hijo de Dios, sino que también abrió una puerta hacia un entendimiento más profundo de la relación entre lo humano y lo divino. La novedad de Jesús no es solo una enseñanza ética o moral; es la presencia de la gloria de Dios encarnada en un ser humano. Lo que los discípulos vivieron en la montaña es un anticipo de lo que se verá en la Resurrección: la transformación radical de toda la creación.


En términos cosmológicos, esta luz de la Transfiguración conecta directamente con la Resurrección, que se convierte en el punto culminante de la revelación cristiana. La resurrección de Jesús no es un simple regreso a la vida como la entendemos en términos humanos, sino una transfiguración total, una restauración de todo lo que el pecado y la muerte habían corrompido. En Jesús, la creación misma se ve redimida, transformada, como si a través de Él, el mundo entero experimentara una segunda creación. Esta idea no es solo una promesa para el futuro, sino un principio presente que invita a los creyentes a vivir con una esperanza nueva, en la que la vida eterna ya comienza en este mundo.

El sepulcro vacío es el otro gran signo de esta novedad. En un contexto de incredulidad, el hecho de que el sepulcro de Jesús esté vacío representa la derrota definitiva de la muerte. No es solo un hecho histórico, sino una realidad teológica que inaugura una nueva manera de ser y de entender la vida. En la Resurrección, el sepulcro vacío se convierte en un símbolo de liberación y transformación. El mismo sepulcro que contenía a Jesús ahora se convierte en un espacio que anuncia la victoria de la vida sobre la muerte. Es un espacio vacío, pero lleno de promesas, de esperanza, de renovación.

Como alguien que vive en la frontera de Tijuana, México, estos eventos adquieren una resonancia personal. La realidad de la migración y la pobreza aquí hace que los temas de vida, muerte y esperanza no sean solo cuestiones abstractas. La novedad de Jesús, manifestada en la Transfiguración, la Resurrección y el sepulcro vacío, invita a mirar al sufrimiento humano con otros ojos: los ojos de quien sabe que la muerte no tiene la última palabra. Cada día, en los rostros de las personas que buscan una nueva vida en esta frontera, veo un reflejo de esa esperanza de la Resurrección. La vida de Jesús nos enseña que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz que puede transformar, redimir y dar nueva vida.

La novedad de Jesús, entonces, es un desafío a la manera en que vivimos y percibimos el mundo. No es solo un mensaje de consuelo, sino de transformación radical. La Transfiguración nos muestra que la gloria de Dios está presente en medio de nuestra fragilidad humana. La Resurrección nos invita a vivir con la certeza de que la vida, aun en sus momentos más dolorosos, tiene un propósito más grande que la simple existencia. Y el sepulcro vacío, al final, nos recuerda que todo lo que vivimos es parte de una historia más grande, una historia de salvación que atraviesa la muerte y llega a la vida.

En definitiva, pienso que la novedad de Jesús, en sus tres grandes momentos de revelación, no solo inaugura una nueva cosmología o una nueva visión del mundo, sino también una nueva manera de ser humano. Es una invitación a vivir con una esperanza que no se limita a este mundo, sino que se abre a lo eterno. Para nosotros, los que vivimos entre los desafíos cotidianos, especialmente en lugares de frontera y marginalidad, este mensaje es una luz que nos anima a seguir adelante, a pesar de las sombras que a veces nos rodean.



Bibliografía:


  • Benedicto XVI. (2011). Jesús de Nazaret: Desde la entrada en Jerusalén hasta la resurrección. Editorial Planeta.

  • Wright, N. T. (2004). La resurrección del Hijo de Dios. Editorial Clie.

  • Rahner, K. (2000). Teología fundamental. Ediciones Cristiandad.

  • Danielou, J. (1993). La Sagrada Escritura y la teología cristiana. Ediciones Cristiandad.

  • von Balthasar, H. U. (1985). Gloria: Ensayo teológico. Ediciones Sígueme.


martes, 25 de junio de 2024

"El Sistema Preventivo de Don Bosco: Fundamentos y Principios para la Formación Integral en la Educación".




 "El Sistema Preventivo de Don Bosco: Fundamentos y Principios para la Formación Integral en la Educación".


Por: S.A. Domínguez


En el ámbito pedagógico, la influencia de Don Bosco destaca por su enfoque preventivo en la educación de los jóvenes, resonando como un referente clave en la formación de futuras generaciones. El Sistema Preventivo, legado de este visionario educador, se erige como una herramienta invaluable para los profesionales que buscan impactar de manera positiva en la vida de los estudiantes bajo su cuidado. 


En este artículo analizaré breve y significativamente la estructura y aplicación efectiva del Sistema Preventivo en el contexto educativo contemporáneo.


El Sistema Preventivo de Don Bosco se fundamenta en tres pilares esenciales:


  1. Razón, Religión y Amor: La filosofía de Don Bosco enfatiza la integración de la razón, la religión y el amor en el proceso de aprendizaje. Esta tríada de valores buscaba cultivar tanto el intelecto como el espíritu, promoviendo la formación de individuos empáticos, solidarios y respetuosos.

  2. Previsión, Reprensión y Alegría: La previsión implica la anticipación de posibles desafíos, la reprensión se ejerce de forma constructiva y la alegría actúa como motor de motivación para los jóvenes en su crecimiento y desarrollo.

  3. Acompañamiento y Confianza: Don Bosco abogaba por un estilo de liderazgo educativo que se caracterizaba por el acompañamiento cercano a los estudiantes, brindándoles apoyo, orientación y fomentando la confianza en sí mismos.


Los educadores pueden optimizar la aplicación del Sistema Preventivo siguiendo estas recomendaciones prácticas

:

  • Establecer Relaciones Significativas: Fomentar la confianza y el respeto mutuo con los estudiantes es esencial para influir positivamente en sus vidas. La escucha activa, la empatía y la disponibilidad son componentes clave en esta interacción.

  • Fomentar un Entorno Educativo Positivo: La creación de un espacio seguro, inclusivo y estimulante donde los alumnos se sientan valorados y motivados a aprender es crucial para su desarrollo integral.

  • Ejercer la Autoridad con Amor: La disciplina y la corrección deben estar imbuidas de comprensión y afecto. Corregir de manera constructiva, motivando a los estudiantes a mejorar, sin descuidar su bienestar emocional.

  • Reconocer Logros y Esfuerzos: La celebración de los éxitos y el reconocimiento de los esfuerzos, por más pequeños que sean, fortalecen la autoestima de los estudiantes y los impulsan en su camino de crecimiento.

  • Fomentar la Colaboración Comunitaria: La cooperación entre profesores, padres y alumnos es esencial para crear un entorno educativo propicio para la plena implementación y efectividad del Sistema Preventivo.


En síntesis, el Sistema Preventivo de Don Bosco se posiciona como un enfoque pedagógico integral y eficaz que prioriza el desarrollo humano a través del amor, la razón, la prevención y la alegría. Su implementación requiere compromiso, empatía y persistencia por parte de los educadores, y sus beneficios se reflejan en el crecimiento y bienestar de los estudiantes a lo largo de su trayectoria educativa.


Referencias bibliográficas consultadas: 


  1. Bosco, J. (1881). Memorias del Oratorio. Ediciones Don Bosco.

  2. Elizalde, I. (2010). El sistema preventivo de Don Bosco. Boletín Salesiano, 185(2), 12-18.

  3. Gómez, M. A. (2017). La vigencia educativa del sistema preventivo de Don Bosco. Revista de Pedagogía Salesiana, 34(1), 45-58.

  4. Ríos, L. (2015). Impacto del sistema preventivo de Don Bosco en la formación de jóvenes en situación de riesgo social. Revista de Investigación Educativa, 20(3), 89-104.

  5. Sales, P. (2003). El Sistema Preventivo de Don Bosco y sus implicaciones pedagógicas. Revista de Educación, 40(1), 112-127.


domingo, 23 de junio de 2024

El Educador y su Plenitud: Un Viaje hacia el Crecimiento Profesional y Personal




Por: S.A. Domínguez


    La labor educativa es una de las más nobles y desafiantes que existen, ya que implica la responsabilidad de guiar, motivar y formar a otras personas en su proceso de aprendizaje y desarrollo. En este contexto, la plenitud del educador se convierte en un objetivo deseado y necesario, ya que impacta directamente en la calidad de la enseñanza y en el bienestar personal del docente. 


En este artículo, presentaré cinco ideas principales que pueden contribuir a que un educador experimente la plenitud en su labor diaria, ilustradas con ejemplos concretos que reflejan la importancia y el alcance de este concepto.


Conexión con el Propósito Vocacional

Un educador experimenta la plenitud cuando siente una profunda conexión con su propósito vocacional, reconociendo la importancia y el impacto positivo de su labor en la vida de sus estudiantes. Un ejemplo de esto es el caso de la Sra. (x), una maestra de primaria que, a pesar de los desafíos diarios en el aula, encuentra satisfacción en ver cómo sus alumnos crecen no solo académicamente, sino también emocionalmente.


Desarrollo de Relaciones Significativas

La plenitud del educador se manifiesta en la capacidad de establecer relaciones significativas y empáticas con sus alumnos, creando un ambiente de confianza y respeto mutuo. Un ejemplo inspirador es el del Profesor (n.), quien dedicó tiempo extra a escuchar las inquietudes de sus estudiantes y adaptar sus métodos de enseñanza para satisfacer sus necesidades individuales.


Crecimiento Profesional Continuo

Un educador experimenta la plenitud cuando se compromete con un crecimiento profesional continuo, buscando actualizarse en nuevas metodologías y recursos educativos. Un caso destacado es el de la Maestra (y.), que asumió el reto de integrar la tecnología en sus clases, permitiéndole involucrar a sus alumnos de una manera más dinámica y efectiva.


Innovación Pedagógica y Creatividad

La plenitud del educador se manifiesta en su capacidad de innovar y ser creativo en su enfoque pedagógico, buscando despertar la curiosidad y el interés de sus alumnos de forma original. Un ejemplo ilustrativo es el del Profesor (n.), que implementó proyectos interdisciplinarios que involucraban arte y ciencia, fomentando así un aprendizaje integral y significativo en sus estudiantes.



Impacto Positivo en la Comunidad Educativa

Un educador experimenta la plenitud cuando percibe el impacto positivo de su labor no solo en el aula, sino también en la comunidad educativa en su conjunto. Un ejemplo conmovedor es el de la Profesora (y.), que lideró iniciativas de inclusión y equidad en su escuela, promoviendo la diversidad y el respeto entre sus estudiantes y colegas.


En conclusión, la plenitud del educador va más allá de la mera transmisión de conocimientos; implica un compromiso profundo con el desarrollo integral de sus alumnos, el crecimiento personal y profesional, la creatividad, la innovación y el impacto positivo en la comunidad educativa. A través de la conexión con su propósito vocacional, el establecimiento de relaciones significativas, el crecimiento profesional continuo, la innovación pedagógica y el impacto positivo en la comunidad, un educador puede experimentar la plenitud en su noble labor de educar a otras personas. Es en este viaje de crecimiento y realización que se encuentra la esencia misma de la vocación educativa y el potencial transformador que tiene en la vida de sus estudiantes y en la sociedad en su conjunto.


Bibliografía consultada:

  1. Arriagada, C., & Pérez, M. (2020). La plenitud del educador: Claves para un crecimiento integral. Ediciones Pedagógicas.

  2. García, A., & Martínez, S. (2019). El propósito vocacional en la labor educativa. Revista de Educación y Desarrollo, 15(2), 127-140.

  3. Rodríguez, J., & Fernández, L. (2018). Conexiones significativas: El papel de las relaciones en la plenitud del educador. Journal of Educational Psychology, 40(3), 325-340.

  4. Sánchez, R., & Arroyo, E. (2021). Innovación pedagógica y creatividad en la formación docente. Educational Research Quarterly, 28(4), 478-492.

  5. Vargas, P., & López, M. (2017). El impacto positivo del educador en la comunidad educativa: Un análisis cualitativo. International Journal of Educational Development, 12(1), 56-71.

martes, 18 de junio de 2024

Cualidades de un lider en el área de la educación.

 

Por: S.A. Domínguez SC

18 de junio 2024, Mx.






    En el área de la educación, las cualidades de un líder son fundamentales para potenciar el crecimiento y desarrollo de las personas. Un líder educativo eficaz no solo guía y motiva a su equipo, sino que también inspira a los estudiantes a alcanzar su máximo potencial. Veamos cómo cada una de las cualidades clave de un líder impacta en el crecimiento personal y profesional de quienes lo rodean.


1. Competitividad: Un líder educativo competitivo busca constantemente la excelencia y desafía a su equipo a alcanzar metas ambiciosas. Ejemplo: Un director de escuela que promueve competencias académicas entre los alumnos para fomentar un espíritu de superación y logro. Esta competitividad sana impulsa a los estudiantes a esforzarse más y a desarrollar habilidades de resiliencia y determinación.



2. Carácter e integridad: La coherencia entre lo que se dice y se hace es esencial en un líder educativo. Los líderes con carácter e integridad son modelos a seguir para estudiantes y colegas. Ejemplo: Un profesor que siempre cumple su palabra y actúa con honestidad y ética, demostrando a sus alumnos la importancia de la integridad en todas las facetas de la vida.



3. Relaciones personales y laborales sanas: Un líder educativo eficaz pone énfasis en construir y mantener relaciones positivas con su equipo, estudiantes y padres de familia. Ejemplo: Un director de escuela que fomenta un ambiente de colaboración y respeto mutuo entre todos los miembros de la comunidad educativa. Estas relaciones sanas crean un entorno propicio para el aprendizaje y el crecimiento personal.



4. Química y autenticidad: La capacidad de conectar genuinamente con los demás es una cualidad poderosa en un líder educativo. La autenticidad y la empatía permiten establecer vínculos significativos que inspiran confianza y motivan a otros a dar lo mejor de sí mismos. Ejemplo: Un tutor que demuestra interés real en las necesidades y aspiraciones de sus alumnos, creando un ambiente de apoyo y comprensión que facilita el aprendizaje y el desarrollo integral.



En conclusión:


  • Las cualidades de un líder en el área de la educación son cruciales para impulsar el crecimiento y potenciar todas las habilidades de las personas que forman parte de la comunidad educativa.
  • La competitividad, el carácter e integridad, las relaciones personales y laborales sanas, así como la química y autenticidad, son pilares fundamentales que contribuyen a la formación de individuos íntegros, seguros y preparados para enfrentar los desafíos del mundo actual.
  • Un líder educativo que posee estas cualidades no solo logra el éxito en el ámbito académico, sino que también deja una huella perdurable en la vida de aquellos a quienes guía y enseña.



Referencia base:

  • https://x.com/MarioAlonsoPuig/status/1644007055957667840


miércoles, 24 de agosto de 2022

Nos sana la gracia de Dios, no nuestra propia naturaleza.

 





Por: S.A. Domínguez


El día de hoy, y luego de diversos sucesos que Dios me ha permitido guardar y meditar en el corazón, me han recordado una gran enseñanza:
Quién no se atreve a conocer sus propias heridas, nunca podrá ayudar a otros a sanar y aprender a vivir con tres aspectos fundantes de la condición humana: el desamor, el dolor y el fracaso.
Solamente Dios puede sanar y transformar una vida que desde su principio, haya sido herida por otros desamores, dolores y fracasos. La especie humana es insuficiente para entender lo que es sanar y hacer sanar a los suyos. El intento le salva de mirar su propia condición de fragmentación, pues la codicia y el afán del ego vertical le ciegan y le engañan.
Paradójicamente y aunque raye en el absurdo, es la condición humana herida, la que se abre al misterio de la gracia del Espíritu, que es y existe y que no puede hacer más que mostrar su propia naturaleza, limitada y menesterosa, para abrirse a la vida plena.
Al final queda la esperanza de que el día de mañana, nuestras heridas puedan sanar, con experiencias genuinas de amor, gozo y plenitud.

UN DIOS CERCA DE LOS JÓVENES.

La evolución del alma en el espejo del otro.

REFLEXIÓN PARA ESPOSOS Por S.A. Domínguez Me conmueve profundamente la idea de la vida en pareja como una invitación constante a evolucionar...