Artículo de opinión sobre las carreras electorales que se están gestando, y expectativas de cara a los nuevos gobiernos en México par 2018:
"Aunque vivamos en una utopía, la inteligencia nos dice que puede ser posible, por ello vale la pena intentarlo"
Por: Sergio Domínguez C. SC
Los debates en público, no maquillados; realmente serios y responsables, son la vía para conocer quién debe llegar a los pinos en 2018. Las personas que no nos dedicamos a hacer política, y que trabajamos desde otra trinchera por un México mejor, ocupamos cargos de representación popular informados.
Hoy es fácil detectar cuáles son los candidatos que no son aptos para gobernar por una simple razón: se ve que quieren hacer lo mismo de siempre. Ya es fácil hasta para un chico hasta de 25 años detectar la mentira política. Precisamente, porque han crecido rodeado de muchas mentiras en su vida: la familia, cuestiones religiosas, la política embustera, impune y corrupta.
Por ello, el candidato a presidente del 2018 debe estar a la talla de tantas necesidades; primero, de las nuevas generaciones, y firme luego, para comenzar a recomponer de manera horizontal con el pueblo, todo el desastre que las personas del gobierno desde 1950 a la fecha han realizado, y han dañado sobremanera nuestra sociedad.
En mi pensamiento como mexicano, afirmo que podríamos llegar a ser una gran potencia, por dos grandes razones: somos una cultura de guerreros, y somos fieles a los principios de bien común; esto, aunque no es nada nuevo, más de alguno lo debatirá, tampoco pretendo convencer a todos de que hay fallos de argumento; por ello, hay que entender las raíces posteriores a la colonización y su proceso de interculturación.
Si tuviésemos gobernantes de la talla que el pueblo busca, y a la que una gran parte ya ascendió en nivel crítico y social; está de más hablar acerca de los problemas cotidianos; lo que no está de más es luchar por hacer entender a las nuevas generaciones de políticos en México, que resolver y vivir a costa de los intereses comunes por los personales, es la peor vía para cumplir esa misión y vocación de servicio mayor. Necesitamos humanismo dentro de la política; la economía fluye en mentes capaces de pelear por el pueblo.
Los riesgos de no asumir un cambio estructural como nación en 2018 donde se dé prioridad a los jóvenes entre 18 y 29 años, pueden ser muy altos, si se transita por los mismos caminos por los que el caído "Moctezuma" del siglo XX y ahora XXI va recorriendo. Hay un gran riesgo de sufrir un retroceso cultural, y una posible guerra civil (como ya ha comenzado desde los crímenes a la educación y la fuerza que ha tomado el crimen organizado) si no llega al poder un verdadero equipo de gente consciente que tenga como prioridad destinar los mayores recursos para mejorar el estilo de vida de sus habitantes, entre otros peligros traumáticos para las nuevas generaciones.
Somos muchos los que yacemos en el hartazgo de tantas instituciones, incluida la Iglesia y el sector educativo particularmente en nuestro país; Sin embargo, es bien sabido que los grandes males comienzan en pequeños detalles, y por ello todos somos responsables en nuestro proceder cotidiano; pero hay que señalar con firmeza, que el Estado juega un papel insustituible para determinar el rumbo de las naciones y de sus habitantes.
Sí han de pedir al dios de sus anhelos, cualesquier persona que busque un mejor país, tanto como debe actuar en consecuencia a ello. La solución no es tan complicada cuando se entienden tres conceptos universales como lo son el diálogo, la donación al prójimo y la felicidad verdadera. Sí esto, radica en varios de los candidatos presidenciales, estaremos hablando de otro México, de otra nación, aún más fuerte, aún más humana.
interesante...
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