La novedad y las prioridades de la Reforma educativa en México.
Por: Sergio Domínguez C.
La tarea de la
educación en definitiva es compleja, y considero que requiere del análisis y de
una sensibilidad muy particular de parte de los sujetos de la educación formal
e informal, a saber reflexionar las iniciativas, los resultados, la visión y
sobre todo la realidad en la que un ente tan complejo como la educación, opera
y se transforma en nuestro contexto espacio-temporal.
La educación es un sujeto
que no puede estar encasillado, o encuadrado sobre directrices absolutas, pues,
el hombre desde su constitución antropológica esencial, no es un ser absoluto,
acabado, determinando; no se funda sobre verdades que permanezcan, al menos
desde un sentido realista, como inmutables o totalmente definidas, mucho menos
lo es el acto de la educación. Por el contrario, el acto educativo es el
“pleroma” (plenitud) de la manifestación dinámica en constante movimiento y
crecimiento, que envuelve la vida del hombre en miras a su trascendencia
presente y futura. De ahí, la importancia de entender que cualquier cambio que
viene en algún ámbito del ser humano requiere reflexión, conciencia, razón,
análisis y sobre todo implica proceso. Es imprescindible desechar la palabra y
el significado de lo que es un proceso; es la palabra clave desde la cual se
debe entender la reforma educativa en nuestro país. Si bien durante años la
educación en nuestro país se ha visto cobijada y respaldada por el gobierno en
sus diversas instancias (federal, estatal, local), e impulsada por hombre de
alta cultura, tales como José Vasconcelos o Justo Sierra, quienes además de
poseer una experiencia amplia en el conocimiento de las corrientes de
pensamiento universal, se dieron cuenta de que la educación era un elemento que
debía ser tomado con seriedad y ser impulsado en coordinación con los líderes
mejor preparados, buscando sobre todo que llegase a los lugares menos
atendidos. Hoy en día, es complejo hablar del ente educativo en nuestro país.
Los resultados a nivel mundial reflejan que la calidad educativa en nuestro
país no ha conseguido depurar, potencializar los intereses fundamentales de la
educación de gran parte de la población mexicana.
Los docentes, su identidad y su
acción: prioridad de la reforma educativa.
Sin duda, que una de las prioridades a profundizar para la mejora del sistema educativo, es el acento que pone en la figura del docente; este tema se trata con delicada atención sobre todo en el decreto enviado por el saliente presidente de nuestro país E. Peña Nieto la Ley General de Servicio Profesional Docente, que en su capítulo II, arts. Del 12-14 argumenta los propósitos de la actividad de las instancias encargadas del servicio docente: sus funciones específicas, cómo estimular las opciones de desarrollo profesional, la evaluación constante del cuerpo docente, la implementación de programas que garanticen el desempeño eficiente, y contribuir a la valoración positiva de la figura, papel e imagen del docente.
El reto quizás ahora para el sistema educativo mexicano, es plantearse algunas preguntas que puedan orientar la aplicación de la nueva Reforma Educativa, pues se trata de un proyecto que apenas está andando y resulta un poco utópico pensar que la inmediatez acompañará dicha aplicación en la realidad: la autonomía de la que se habla sobre la gestión autónoma de parte de los directores de los centros educativos ¿Qué elementos deberá contemplar –en una visión más amplia- para favorecer el acercamiento y la propuesta a las directrices establecidas por la nueva Reforma Educativa? ¿Qué papel debe existir entre directores, maestros y padres de familia a la hora de estructurar los planes formativos para cada institución? ¿Realmente las políticas que se proponen en la Reforma están llevando a los docentes a recuperar una identidad que se cree está devaluada para los ojos de la sociedad contemporánea? ¿Cómo aplicar las normas establecidas en materia de reforma educativa sin que esta cause un choque para alumnos que están acostumbrados a una educación más deontológica (del deber) que por las convicciones de la valía telontológica (fines) que favorece la educación? Estas y otras preguntas nos ayudan a pensar y reflexionar que la aplicación de la Reforma Educativa en tantos centros, llevará sin duda, algunos – sino es que bastantes- años para pensarse como adecuarse a la realidad concreta de la educación en México actualmente.
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